La prisión de Ardsmuir es la fortaleza donde Jamie es encarcelado durante casi tres años y medio (desde el 16 de mayo de 1753 hasta septiembre de 1756) y de la que Lord John Grey es alcaide por más de año y medio.
En la saga...[]
La prisión se encuentra en el distrito de Ardsmuir, un lugar bastante recóndito; en varios kilómetros a la redonda en torno a la prisión, solo hay páramo desierto, excepto una zona a unos cinco kilómetros de la misma, donde la costa de Escocia cae en forma de acantilado de granito hacia el océano. La aldea de Ardsmuir está relativamente cerca de la prisión.
Cuando Lord John Grey llega a Ardsmuir para sustituir al anterior alcaide, su amigo Harry Quarry, el 15 de febrero de 1755, la fortaleza se encuentra en proceso de renovación a costa de la mano de obra de sus prisioneros escoceses. La prisión tiene realmente el aspecto de una fortificación, aspecto que se enfatiza con las banderas del regimiento y de la nación que colgaban de uno de los grandes muros de piedra.
En esos momentos, la prisión cuenta aproximadamente con 200 prisioneros y unos 82 guardias. Hay cuatro celdas principales, en las que se encierra a los prisioneros en grupos numerosos de entre 45 a 50 hombres. Estas celdas tienen una sola chimenea, frente a la que sólo pueden ponerse seis hombres a la vez por lo que los cuarenta y tantos restantes quedaban expuestos al frío intenso.
El despacho del alcaide era una inmensa estancia helada, que se calentaba a duras penas con una chimenea, y cuyo mobiliario sólo era un gran escritorio y un par de sillas. Las vigas del techo lucían ennegrecidas por el humo de turba.
Desde la ventana del despacho se veía el patio, con la forja al lado, un ala de celdas y el ala de la cocina.
En el piso superior se encontraban las habitaciones del alcaide, consistentes en un salón y el dormitorio. El salón tenía una mesa, en la que Grey y Fraser cenaban en sus reuniones semanales; también había una chimenea, con una alfombra delante y un tablero de ajedrez y una estantería con libros.
Después de quince años funcionando como cárcel, en septiembre de 1756 termina la restauración de la fortaleza que desde ese momento servirá de cuartel al Duodécimo de Dragones de Su Majestad y todos los prisioneros de guerra escoceses son trasladados a las colonias americanas.
En el rodaje de la serie de TV...[]
La prisión de Ardsmuir es un lugar ficticio aunque las escenas de la tercera temporada se grabaron en el Craigmillar Castle, una fortaleza del siglo XV al sur de Edimburgo, donde se ha podido ver al elenco grabando en el castillo.[1]
El castillo de Craigmillar fue ordenado construir a principios del siglo XV por la familia Preston, propietaria de las tierras. Era una residencia fortificada.
Sir Simon Preston era miembro del consejo privado de la reina María I de Escocia (Mary Queen of Scots), a la que le gustaba pasar tiempo en el castillo, pues en él encontraba la tranquilidad que no tenía ni en el palacio de Holyrood, donde estaba la corte, ni en el castillo de Edimburgo.
En la época en que su segundo marido, Lord Darnley, participó en una conspiración para matar a su secretario favorito, el italiano David Rizzio, María Estuardo se refugió en Craigmillar. Un tiempo después y fruto de esa conspiración, el amante de la reina, el Conde de Bothwell (que más tarde fue su tercer marido) y algunos nobles firmaron el “Pacto de Craigmillar” por el que meses más tarde asesinaron a Darnley.
Los Preston fueron ampliando el castillo y, más tarde, la familia Gilmour a partir del año 1660 continuaron haciéndolo crecer hasta que en el siglo XVIII fue abandonado y cayó en la ruina.
Actualmente, su estado de conservación es bastante bueno; el edificio más antiguo de la fortificación es la gran torre en forma de L, también muy bien conservada, llena de pasillos y recovecos.
La torre del homenaje tiene 17 metros de altura y muros de 3 metros de grosor. En la torre destaca en el primer piso el gran salón donde se celebraban banquetes y bailes y la “Habitación de la Reina María”, donde María Estuardo se alojaba cuando visitaba el castillo.
El castillo de Craigmillar tiene muchísimas habitaciones que se comunican entre ellas; por esto y por su cantidad de oscuros pasadizos y escaleras de caracol, la fortaleza es un verdadero laberinto. También tiene una mazmorra en la que en el año 1813 se encontró un esqueleto emparedado.[2]