La llamada de los clanes es el ritual escocés en el que todos los asistentes a una reunión de clanes o Gathering se manifiestan gritando sus apellidos diciendo que están allí presentes.
En Tambores de otoño[]
En julio 1969 Roger viaja a Boston donde acude con Brianna al festival celta que tiene lugar en esas fechas. Ambos pasan la tarde disfrutando del festival y cuando llega la noche presencian la llamada de los clanes en el que todos los asistentes gritan sus apellidos.
En octubre de 1770, toda la familia Fraser acude a la reunión de clanes del Monte Helicon en Carolina del Norte. Tras cuatro días allí comienza la llamada de los clanes y todos los escoceses allí presentes gritan sus apellidos diciendo que están allí. Brianna y Roger se ponen en pie al grito de “los MacKenzie están aquí”.
Historia[1][]
Después de la batalla de Culloden en 1746, muchos escoceses emigraron a Estados Unidos. Carolina del Norte se convirtió en uno de los destinos más populares porque el gobierno local les ofrecía tierras exentas de impuestos.
Estos escoceses continuaron manteniendo viva su cultura, historia y tradiciones de las Highlands en Estados Unidos puesto que después de Culloden en Escocia se les prohibió el uso de todo lo que identificaba su cultura, el gaélico, los tartanes, el uso de gaitas…. Las reuniones de clanes eran parte de la vida de los escoceses asentados en Carolina del Norte. En ellas comerciaban, intercambiaban información, realizaban bodas, bautizos y tenía lugar el acto de la llamada de los clanes en el que todos los asistentes gritaban su apellido para hacer saber que su familia estaba allí.
En 1956, Agnes MacRae Morton de Linville, Carolina del Norte y Donald F. MacDonald de Charlotte, Carolina del Norte, cofundaron los Grandfather Mountain Highland Games, un Gathering igual que el que tenía lugar en siglos anteriores. Enseguida el evento se hizo muy popular entre los asistentes a los juegos, muy parecidos a los que se celebraban en las Highlands de Escocia. Estos eventos seguían manteniendo la ceremonia de la llamada de los clanes, tan emotiva para los asistentes.