El tesoro de las focas es el tesoro de monedas y piedras preciosas que Jamie encuentra tras hablar con Duncan Kerr.
Descripción del tesoro[]
El tesoro escondido isla de las focas constaba de una pequeña caja y un saquito de cuero. La caja de madera de treinta centímetros de largo; la superficie está pulida pero tiene manchas y está hinchada por la humedad. La caja tiene un cierre en forma de un sencillo rompecabezas chino.
En su interior hay doscientas cinco monedas antiguas, griegas y romanas, de oro y plata. El saquito de cuero contenía diamantes, esmeraldas, perlas, ópalos, turquesas, amatistas, rubíes, zafiros, un diamante negro y una gran piedra dorada.
Entre las monedas había varias piezas de plata del tamaño de un cuarto de dólar americano con tres marsopas en el borde, un disco de oro y otra de plata en la que se veía la cabeza de un hombre, un tetradracma. También había dracmas y un quinario de plata.
Eventos en Viajera[]
A finales de febrero de 1755, soldados de la prisión de Ardsmuir encuentran un vagabundo deambulando por el páramo cerca de la costa y balbuceando una mezcla de francés y gaélico. Lo llevan a la aldea de Ardsmuir para atenderlo y, poco después, acuden a su encuentro Lord John y Jamie, este último para traducir lo que Duncan está diciendo. Todo parece un galimatías de incoherencias febriles sobre focas y brujas blancas.
Al oír el término bruja blanca, Jamie piensa que Duncan puede estar hablando de Claire. También le habla de focas y le nombra a su madre y a sus tíos.
Con toda esta información regresan a la prisión y, un mes después, Jamie escapa para ir hasta el “Caldero del Diablo”, lugar que mencionó Duncan Kerr y en el que hay unas terribles corrientes. Este lugar se encuentra a un día de viaje desde Ardsmuir y es conocido como la isla de las focas.
Una vez que Jamie consigue bajar por el acantilado hasta el agua por un pequeño saliente de granito al que Duncan llama “la torre de Ellen”, llega a nado a la tercera isla. Allí, en una grieta entre las rocas, encuentra una caja de madera con monedas antiguas y un saquito con piedras preciosas.
Jamie coge un zafiro para intentar enviarlo a Lallybroch. Después de esto, vuelve a entregarse para que lo arresten. Pasan varios meses cuando, en una de las cenas con Lord John, Jamie cede ante un chantaje del alcaide y le entrega el zafiro que escondió, diciéndole también que el resto lo tiró al mar. Jamie le cuenta a Lord John una historia falsa sobre la localización del tesoro; le habla de un altar en honor a santa Bride, también llamada “la Dama Blanca”, que se levanta sobre un pequeño estanque donde encuentra la pequeña caja de madera con el tesoro.
Durante su estancia en Helwater, Jamie envía una carta cifrada a Jenny con el lugar exacto donde se encuentra el tesoro por si él muriese.
En otoño de 1757 Ian cruza Escocia con el joven Jamie, su hijo mayor que ya tiene 16 años, hacia la ensenada de las focas cerca de Coigach. Ian le cuenta a su hijo la historia del tesoro de las focas y le dice que tiene que ser él quien llegue a nado hasta la isla para coger parte del mismo. De ahí, viajan a París donde Jared les ayuda a cambiar parte del tesoro por dinero que luego distribuye entre los jacobitas necesitados. Después de esto, Ian haría el viaje tres veces más, una vez más con el joven Jamie y las otras con otro de sus hijos mayores, Michael.
A final de noviembre de 1766, Jamie necesita nuevamente usar el tesoro y el joven Ian se prepara para nadar hasta la isla de las focas para recoger lo que queda del tesoro.
Cuando el joven Ian llega a la isla es secuestrado. El barco pirata conocido como el Bruja tiene como propósito llevar el tesoro hasta Jamaica donde lo entregarán a la Señora Abernathy de Rose Hall.
En París, Jamie y Claire investigan sobre el posible destino del barco con la ayuda de Jared quien también les concierta una cita con un mercader de monedas para obtener información sobre las monedas. Jamie sospecha que el tesoro eran las 50.000 libras que, en el año 1744, el Duque de Sandringham ofreció a Carlos Estuardo para que reclutase un pequeño ejército e invadiera Inglaterra. Esto nunca llegó a pasar, pues el Duque murió antes de que Carlos llegara a Inglaterra.
En la reunión con el mercader Jamie reconoce varias monedas iguales a las del tesoro. Finalmente, el mercader les cuenta que las monedas que Jamie ha reconocido fueron vendidas en 1745 a un caballero inglés llamado Clarence Marylebone, duque de Sandringham.
En la primavera de 1767, durante la visita a Rose Hall, en Jamaica, Geillis Duncan saca de una pequeña cavidad casi oculta en la chimenea una caja de madera que Claire, inmediatamente relaciona con la que Jamie le había descrito y que contenía el tesoro de las focas. Por lo tanto Geillis sabía que este tesoro había estado escondido en esa isla y fue quien envió a los piratas del Bruja a recuperarlo. De hecho, cuando el Artemis es abordado por el Bruja, Claire mata a uno de los piratas, que llevaba al cuello un collar con varios objetos enhebrados, entre ellos, una moneda de plata, con las cabezas gemelas de Alejandro: un tetradracma del siglo IV a.C. que lucía impecable.
Ella necesitaba las gemas preciosas para intentar cruzar por las piedras para regresar a su tiempo. En su poder el tesoro fue menguando dado que utilizó algunas monedas para pagar a los piratas del Bruja y pulverizó muchas gemas para hacer pócimas y otros usos. Conservó unas cuantas gemas que llevó consigo a Abandawe para formar las 5 esquinas del pentágono que ella creía necesario realizar para poder regresar al presente.
En medio del rescate del joven Ian, Jamie recoge las gemas del suelo y logra milagrosamente llevarlas consigo hasta Georgia donde este único remanente del tesoro de las focas les ayudará a iniciar una nueva vida. Estas gemas incluyen una esmeralda, un rubí, un gran ópalo, una turquesa, una gran piedra dorada y un diamante negro.