“Lever” es la palabra en francés para el acto de levantarse de la cama al despertar.
Se hace referencia al lever del rey porque Jamie concurre a la ceremonia en su primera visita a Versalles.
A su regreso, le describe a Claire lo que vio; el lever se inicia al alba cuando los caballeros de la alcoba descorren los cortinajes. Luego ayudan al rey a sentarse en el borde de la cama, sus asistentes le cambian las medias y le colocan la bata.
Los nobles pasan uno por uno y se arrodillan a saludarlo y preguntarle si descansó bien. Después de los saludos tienen lugar las peticiones y presentaciones por parte de los asistentes, para ello el rey se acomoda en el sillón y le realizan la toilette mientras el duque de Orleans dirige a los peticionantes.
Jamie, al no tener ninguna petición, simplemente se presenta ante el rey, que le pregunta si sabe bailar. Jamie le responde afirmativamente y se retira.
Claire le pregunta qué más pudo observar; entonces Jamie le cuenta que presenció hasta cuando el rey Luis XV se acomodó en su “chaise percée” y todos se comportaron de forma natural y el honor de higienizarlo fue del duque de Neve.
También comenta que el rey tiene serios problemas de estreñimiento, parecía que no terminaría nunca con esa tarea.
Historia[]
El protocolo y ceremonial de la corte francesa se hace más riguroso durante el reinado de Luis XIV, el rey sol, bisabuelo de Luis XV.
El lever del rey era la ceremonia con la que comenzaba el día del monarca.
Su ayudante de cámara, quien había dormido al pie de la cama, lo despertaba susurrándole al oído :-"Señor, es la hora". Entonces entraban el Primer Médico y el Primer Cirujano para informarse de la salud del rey, tras ellos ingresaban los miembros de la familia real, hermanos, cuñados y tíos rodeaban el lecho, el Primer Gentilhombre de Cámara descorría el dosel de la cama.
Después de una breve plegaria, el jefe de mozos derramaba sobre las manos reales unas pocas gotas de eau de vie perfumada, a modo de "purificación espiritual".
Ya purificado, el Primer Chambelán ofrecía primero las zapatillas reales, luego entregaba la bata real al Gran Maestre del Guardarropa, y ayudaba a Su Majestad a ponérsela. Con la bata puesta, el rey se sentaba en su sillón.
El barbero de la corte le quitaba el gorro de dormir real y peinaba los cabellos del monarca, mientras el primer Chambelán sostenía un espejo.
A continuación los guardias abrían las puertas para que pasara la corte. Ministros de la corona y la iglesia, embajadores, duques y nobles ocupaban un lugar asignado anteriormente del lado exterior de la barandilla dorada que dividía el dormitorio en dos partes.
Entonces el rey se quita la bata con ayuda del Gran maestre del guardarropa a la derecha y el jefe de lacayos a la izquierda. El rey recibía la camisa de manos del duque de Orleans, se la ponía sobre los hombros, y con la ayuda de dos chambelanes se quitaba la camisa de noche y se acomodaba la del día.
Los cortesanos ayudaban a su Majestad a ponerse los zapatos, la cinta de la orden elegida por el monarca, a asegurar las hebillas de diamantes y a colgar la espada.
El Gran Maestre del Guardarropa desempeñaba un rol importante: sostenía las ropas usadas el día anterior, para que el rey sacara de los bolsillos pequeños objetos de uso diario y los pusiera en lo que estaba vistiendo.
También presentaba al monarca, en una bandeja de oro, tres pañuelos bordados, para que el rey eligiese uno; y por último le entregaba el sombrero real, los guantes y el bastón.
Hasta el día en que el rey murió, el primer chambelán le puso siempre las zapatillas, y el Gran Maestre del Guardarropa se ocupó de pasarle la bata. Proponer un cambio en el ceremonial era inconcebible.[1]
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La ceremonia del lever del rey continuó hasta el final de la monarquía en Francia.