El cementerio de St. Kilda es un punto de inflexión en Atrapada en el tiempo pues es el lugar donde Claire encuentra la tumba de Jamie cuando lo recorre junto con Roger y Brianna, en 1968.
En la saga...[]
El cementerio de St. Kilda ocupa una meseta ondulada; presenta un aspecto un poco descuidado, muchas lápidas yacen ocultas en pequeños huecos. Algunas están ladeadas o volcadas sobre el césped. Antiguamente, el Reverendo Wakefield reunía a un grupo de hombres para limpiar el cementerio, pero ya no se hace.
El reverendo creía que el cementerio fue construido encima de una iglesia, por eso está en un lugar tan incómodo, una especie de colina.
La fachada de la iglesia tenía antiguas esculturas que decoraban los marcos de las puertas y ventanas. A través del portón se ve el cementerio, donde no se entierra a nadie desde hace 200 años, ya que la iglesia fue desconsagrada en 1800.
La parte que correspondía a la iglesia era sólo un recinto vacío, de suelo de madera, con una pila bautismal abandonada. Encima de la pila se encuentra el rostro tallado de St. Kilda.
En el diario del reverendo Wakefield, Roger encuentra unas anotaciones en las que informa a Frank de un descubrimiento que ha realizado en St. Kilda, donde ha encontrado la tumba de Jonathan Randall, hecho que le extraña pues debería estar enterrado en Sussex. También había encontrado indicios de que James Fraser estaba mezclado en todo el asunto.
La misma noche, Roger invita a Brianna y a Claire a visitar la antigua iglesia abandonada y el cementerio de St. Kilda al día siguiente; así podrá enseñarles el descubrimiento de la tumba de Jack Randall. Claire piensa que el lugar le brindará la oportunidad perfecta para contarle su historia a Brianna y a Roger.
Brianna examina el lugar y localiza la tumba de Jonathan Randall; inmediatamente avisa a Claire, que palidece al verla.
Roger y Brianna recorren la iglesia examinando las paredes de piedra. Todo lo que quedaba de la fachada de la iglesia era un saliente de madera sobre un hueco donde había estado el altar. En ese lugar, Roger y Bree se besan cuando, de repente, oyen desde fuera el grito de Claire.
Claire ha encontrado una tumba en la que puede leerse:
JAMES ALEXANDER MALCOLM MACKENZIE FRASER - "Amado esposo de Claire".
En ese instante, Claire les confiesa a Roger y a Brianna que lo conoció, que la Claire a la que se refiere la tumba es ella y que él era su marido. Mirando a Brianna le dice que también era su padre.
En la realidad...[]
Saint Kilda no existe realmente como Diana Gabaldon lo describe en Atrapada en el tiempo, pues ella ubica la iglesia y el cementerio de St. Kilda cerca de Inverness. En la realidad St. Kilda es un pequeñísimo archipiélago situado al oeste de las Hébridas y es considerado la parte más aislada de las Islas Británicas. Puede ser que Diana haya cogido sólo el nombre del archipiélago para trasladarlo a la novela.
Sus habitantes hablaban gaélico escocés con fuerte influencia escandinava. El archipiélago está tan aislado del resto de Gran Bretaña que, frecuentemente, las islas son ignoradas por cartógrafos.[1]